Mucha gente ha creído que la biogénesis mitocondrial sólo podía ocurrir por el ejercicio extenuante o la restricción calórica extrema.
Losinvestigadores descubrieron en 2010 que la PQQ podía proteger a las mitocondrias del daño oxidativo y también estimular el crecimiento de nuevas mitocondrias.[7]
Las variaciones de los niveles de pirroloquinolina quinona en las dietas causan una modulación en el contenido mitocondrial.
La PQQ también interactúa con la PGC-1alfa que regula muchos de los eventos relacionados con las mitocondrias que regulan los genes implicados en el metabolismo energético, la presión sanguínea y también el tipo de fibra muscular.
La PGC-1alfa también se asocia con una reducción de los radicales libres y actúa como un protector contra diversas toxinas mitocondriales.
Se ha demostrado que la PQQ afecta:
- La actividad del gen ras (implicado en las vías de señalización celular que controlan el crecimiento y la muerte celular
- Activa los factores de transcripción mitocondriales que conducen a un aumento de la biogénesis mitocondrial
- Activa otros factores de transcripción (proteínas que intervienen en el proceso de conversión o transcripción del ADN en ARN) como el NRF 1 y 2
En las condiciones adecuadas, la PQQ puede llevar a cabo el ciclo redox de forma continua, siendo capaz de realizar miles de reacciones redox.
¿Por qué es importante la capacidad redox de la PQQ?
En comparación con otras quinonas bioactivas, como la epicatequina del té verde, que tienden a autooxidarse (se agotan) o a formar polímeros, como los taninos, lo que las hace redundantes para otras reacciones redox, la PQQ puede volver a por más.
Mejorar el número de mitocondrias y su eficiencia en nuestras células puede tener beneficios de gran alcance, como una vida más larga o una mejor energía.
Y parece que la pirroloquinolina quinona desempeña un papel importante como cofactor esencial en una de las muchas subunidades proteicas que componen el complejo I del ETC.
Esto es importante saberlo porque casi todos los radicales libres endógenos (que crecen o se originan dentro del organismo) se producen en el Complejo I.
Un estudio realizado en ratones demostró que una dieta sin PQQ conducía a un deterioro de la función reproductiva e inmunitaria, con el consiguiente deterioro del crecimiento de los ratones. [8]
Y lo que es más importante, los ratones deficientes en PQQ tenían entre un 30% y un 40% menos de mitocondrias y las que tenían eran anormalmente pequeñas o no parecían funcionar correctamente.